Explorando las estrellas, un avance ha enviado pequeños satélites a la órbita.
Breakthrough Starshot, una iniciativa que tenía un ambicioso propósito de enviar misiones robóticas a estrellas cercanas a mediados del siglo XXI, ha alcanzado un hito significativo que evoca el histórico "momento Sputnik". En este avance destacado, la iniciativa que logró exitosamente el lanzamiento de su primera nave espacial, compuesta por seis diminutos satélites denominados "Sprites", hacia la órbita terrestre baja. Estos satélites en miniatura, con un peso de tan solo 4 gramos cada uno y dimensiones de 3.5 centímetros por lado, contaban con la incorporacion de paneles solares, computadoras, sensores y equipo de comunicación, demostrando así el potencial de una exploración espacial revolucionaria.
En una colaboración facilitada por Breakthrough Starshot, los Sprites fueron lanzados como cargas útiles adicionales en un cohete indio, compartiendo el viaje con dos satélites educativos desarrollados por la empresa espacial europea OHB System AG. Este avance abre la posibilidad de desplegar Sprites de bajo costo en cantidades significativas, formando matrices de sensores en el espacio con una amplitud sin precedentes. Estas naves ligeras, que operan sin propelente, podrían ajustar sus órbitas utilizando la presión de radiación de la luz estelar o las fuerzas de un campo magnético planetario.
La visión a largo plazo implica la evolución de los Sprites hacia "StarChips", que estarían integrados con "velas de luz" de varios metros de ancho propulsadas por pulsos de fotones provenientes de un potente láser terrestre. Esto podría posibilitar que las naves viajen al 20 por ciento de la velocidad de la luz hacia destinos como Alfa Centauri. Aunque el progreso hacia este objetivo interestelar es gradual, Breakthrough Starshot tiene planeado invitar a propuestas de investigación para abordar desafíos asociados en óptica, comunicaciones, ciencia de materiales y otras disciplinas.
Pete Worden, director ejecutivo de Breakthrough Starshot, destaca la colaboración internacional detrás de este logro, enfatizando la participación de una nave espacial europea, cargas útiles de nanosatélites estadounidenses y un cohete indio en la misión. A pesar de los desafíos iniciales de comunicación con los Sprites desplegados, el experimento se considera un éxito, proporcionando datos fundamentales para futuros esfuerzos. Esta misión innovadora refleja el espíritu de Sputnik, simbolizando el potencial de la cooperación global para ampliar los límites de la exploración espacial.
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